Buscar “una explicación” siempre es una tarea compleja, sobre todo si se trata de un hecho de especial relevancia histórica como lo ocurrido en la Lagoa Rodrigo de Freitas, sede olímpica de las pruebas de Sprint, durante los pasado JJOO. Los resultados del piragüismo español en Río no solo han constituido un hito en la historia de nuestro deporte, también dentro del piragüismo internacional, alcanzando la segunda plaza por naciones en unos Juegos Olímpicos, y escalando hasta la segunda plaza también en el medallero olímpico español con 16 medallas, solo por detrás de la Vela. Unas cotas jamás soñadas, y de las que no queda mas remedio que despertar ante el nuevo reto de Tokio 2020.

Una de 2016-9-30-saul-riolas preguntas mas repetida por la prensa en Río, hacía referencia a cómo un deporte de nuestro tamaño, y con una capacidad económica tan limitada era capaz de lograr estos resultados tan brillantes. La respuesta no podía ser mas sencilla: “Es el trabajo que venimos haciendo durante años”, un trabajo duro, callado, ingrato a veces, apenas reconocido por la prensa, pero muy gratificante para el que lo lleva dentro, como lo demuestra la fidelidad de tantos y tanto piragüistas que pasan y han pasado por nuestro deporte.

Pero unos resultados como los de Río no van a depender sólo de lo anterior, que estoy seguro comparten muchos deportes como el nuestro, la explicación por tanto del éxito de nuestro deporte en los JJOO, contiene algunas claves que le hacen singular y que son, a mi modo de ver, compartidas por todo el piragüismo nacional. Un rápido análisis de nuestra estructura nos lleva a una de la primeras claves de este éxito: los Clubes. La competición nacional , canalizada a través de la Actividad Estatal, lleva décadas proporcionando la mejor cantera de palistas, incrementada incluso durante la crisis. La mejora de sus instalaciones y la formación técnica, han dotado a los Clubes de más y mejores medios al alcance de los deportistas. Una tecnificación que se ha visto reforzada por las Federaciones Autonómicas, que han sabido complementar esta formación en los Centros de Tecnificación para alcanzar el Alto Rendimiento.

Una formación de base necesaria para alcanzar la excelencia deportiva. Una clave más nos lleva a la estructura técnica nacional, donde la apuesta por la categoría Sub23 ha sido determinante también en la formación de los deportistas. Una formación intensa, continua y de calidad, complementada con Becas de Rendimiento, que permiten la conciliación deportiva y académica, y atendida por un buen equipo técnico. No en vano, nuestra Federación viene liderando en los últimos años las ayudas a los Programas Estatales y de Alto rendimiento del C.S.D. en los CEAR y CTD,s, en colaboración con las C.C.A.A., programas que ahora, y después de Río, cobran mayor relevancia si cabe. La alternancia de esta categoría promesa con el equipo absoluto, ha permitido una buena adaptación a la competición de Alto Nivel de los más jóvenes, pero también ha sido muy gratificante para nuestros deportistas más consolidados, porque ha facilitado la creación de grupos de trabajo de una gran calidad técnica.

Estas claves, junto con otros elementos técnicos forman parte, sin duda, de nuestra sólida estructura piragüística, que nos viene situando en lo mas alto del piragüismo internacional año tras año, pero las claves que han tenido una influencia decisiva en el resultado final de los JJOO las podemos encontrar a lo largo de la temporada actual. La primera de ellas en territorio nacional en forma de criterios de selección: La selección de palistas para el clasificatorio olímpico debía contemplar, cómo y cuando nuestros deportistas deberían llegar con las máximas posibilidades a ambas citas. El acuerdo técnico, rubricado por todos, contemplaba selectivos abiertos, con varias fases de clasificación en función de distancia y embarcación, e incentivados económicamente de acuerdo al resultado final : Clasificatorio y/o JJOO. Desde el inicio, las reglas del juego estuvieron a disposición de deportistas y técnicos, llevándose a cabo unas pruebas selectivas dignas del mejor piragüismo internacional.

La segunda clave la tenemos en el Clasificatorio Continental, viendo además como la historia se repetía: Como hace cuatro años ( y también hace ocho) tuvimos que acudir con la mayoría de las embarcaciones al clasificatorio, un purgatorio olímpico convertido en talismán, donde el K-2 200 que ganaba el continental ganaba también el oro en los JJOO de Londres, y en Río no podía ser menos, y Saúl y Toro se imponían de forma contundente en una de las finales mas igualadas que se recuerda, y que echaremos de menos en los JJOO de Tokio.

Otro ejemplo lo vivimos con Marcus Cooper, que se clasificaba para los JJOO por detrás del ruso Anoshkin, y finalizaban oro y bronce respectivamente en la final más épica, me atrevería a decir, de la historia olímpica. Y otro ejemplo más en la final de C-1 200, con Iuri Cheban que se hacía con el oro olímpico después de haber sido repescado antes del continental. Clasificatorio ganado por Sete Benavides y que solo 2 centésimas le apartaron de la medalla en Río. Muchos ejemplos con un denominador común: la puesta a punto del clasificatorio continental como elemento clave de la preparación final. Solo quedaba la puesta a punto para los Juegos, auténtico quebradero de cabeza para todo el que aspira a estar en una final olímpica. La posibilidad de trabajar alejado de contratiempos y especulaciones, convertía a este periodo final en un momento decisivo y clave para lograr el máximo rendimiento.

Logrado este objetivo en España, el periodo de puesta a punto debía conjugarse con la estancia en Río, donde la información que llegaba de la ciudad carioca no era precisamente acogedora. Si antes de los JJOO el Zika y la seguridad se convirtieron en protagonistas de Río, el arranque de la maquinaria olímpica dejaba al descubierto su lado mas negativo, el transporte, en una ciudad ya de por sí caótica en este aspecto. Sin embargo el clima húmedo con temperaturas más habituales a las de España, fue un buen aliado de nuestros deportistas, o dicho de otra forma, mas negativo para la mayoría de nuestros adversarios europeos. Una calculada estancia en Río, complementada con el alojamiento en la Lagoa, a escasos metros del Campo de Regatas, sería también clave en la estrategia del equipo, y supuso una buena inyección de tranquilidad, a la vista de los trastornos que el transporte provocaba cada día.

Y comenzaron los JJOO. Con un escenario mas que digno para el mayor evento de nuestro deporte, y una condiciones casi perfectas para la competición de sprint, pudimos seguir, vibrar y disfrutar con la actuación de nuestros palistas, desde Teresa que abría la participación española, hasta el K-4 que la cerraba, todos estuvieron sobresalientes y tuvieron el aliento de España entera representada en Río por familiares y amigos, con el Ministro Méndez de Vigo y Alejandro Blanco como espectadores de excepción, que vivieron emocionados cada triunfo del Equipo. Un equipo que ha escrito una página sin precedentes en la historia del Piragüismo Nacional, con cuatro medallas y tres diplomas en las siete actuaciones. Una participación en Sprint que comenzaba además de la mejor manera posible, con el diploma de Ander y la medalla de oro de Maialen en Slalom , como preludio de lo que iba a acontecer en la Lagoa Rodrigo de Freitas de Río de Janeiro días mas tarde.

Narciso Suárez
Coordinador de la R.F.E.P.
Responsable de Actividad Estatal y Programa de Tecnificación